Amigas y amigos: Una leyenda en la historia de la música chilena, me refiero a Víctor Jara, quien fuera director teatral, investigador del folclore y de los instrumentos indígenas, actor, dramaturgo y libretista, pero alcanzó la mayor trascendencia como compositor y cantante popular.
De origen campesino, heredó de su madre la afición por la música. Al ser abandonados por el padre, la familia se trasladó a Santiago, a una cité en la población Los Nogales. A los 15 años quedó huérfano e ingresó en el Seminario Redentorista de San Bernardo. Allí permaneció dos años. En 1957 entró en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile. En esa época conoció a Violeta Parra, que lo acogió como discípulo.
En 1960 recibió el título de director teatral y pasó a formar parte del directorio del Instituto del Teatro de dicha casa de estudios. Dirigió varias obras de teatro y obtuvo el Premio Laurel de Oro como mejor director del año. En 1967 fue invitado a Gran Bretaña, donde recibió otro premio por su dirección teatral. Estando allí compuso una de sus canciones más conocidas, Te recuerdo Amanda, dedicada a sus padres Amanda y Manuel.
En 1968 pasó a ser el director artístico del conjunto de música popular Quilapayún. En 1967 publicó su primer álbum musical, titulado Víctor Jara. Su segundo álbum, Pongo en tus manos abiertas (1969), coincidió con el respaldo que prestó a la candidatura de la Unidad Popular de Salvador Allende como militante de las Juventudes Comunistas. En 1970 publicó Canto libre, El derecho de vivir en paz y La población, creaciones de gran belleza y fuerza poética que lo convirtieron en uno de los máximos exponentes del resurgimiento y la innovación de la canción popular en Latinoamérica.
Sus canciones trataban sobre su pueblo y sus problemas, en la línea de los cantautores de la época; con todo, su éxito internacional las llevó más allá de su Chile natal para ser cantadas en cualquier manifestación progresista o concentración universitaria de otros tantos países, particularmente en la España de la transición.
Durante el período de gobierno de Allende fue nombrado embajador cultural del gobierno, en cuyo cargo desarrolló una amplia labor hasta la fecha de su muerte. Estaba casado con la bailarina inglesa Joan Turner, quien había sido su profesora de expresión corporal en la Universidad de Chile.
Fuertemente comprometido con su entorno político, su compromiso acabó costándole la vida. Tras el golpe de estado del general Augusto Pinochet Ugarte, acaecido el 11 de septiembre de 1973, se encerró con otros universitarios en la Universidad Técnica del Estado (hoy Universidad de Santiago de Chile, en Santiago), para mostrar su repudio y voluntad de resistir; sin embargo, el ejercito tomó pronto las instalaciones y llevó prisionero a Jara al Estadio Chile, donde fue brutalmente torturado y asesinado el 16 de septiembre.
En septiembre de 2003, al cumplirse treinta años del golpe militar, el gobierno chileno rebautizó al estadio con el nombre de Estadio Víctor Jara. A mediados de 2008 se reabrió la investigación judicial sobre su asesinato; el teniente coronel Mario Manríquez fue acusado del homicidio.
Ahora veamos y escuchemos lo mejor del repertorio musical de Víctor Jara, su música y su obra que trasciende generaciones hasta el día de hoy, y que dejaremos para se deleiten escuchando y viendo su legado, la recopilación completa de su último trabajo musical titulado "El Derecho de vivir en paz", que lo disfruten.